Visión
Los defectos auditivos a partir de los 65 años son más comunes que los visuales y más frecuentes en hombres que en mujeres. Los más destacados son:
El olfato y el gusto se deterioran, se alteran los umbrales perceptivos, se deteriora la capacidad de discriminar entre olores y sabores. Los más vulnerables entre los sabores son el dulce y el salado.
El tacto se reduce ligeramente en la palma de la mano, en los pies y en los dedos respecto a la presión. En el resto del cuerpo se mantiene la sensibilidad.
Psicomotricidad
Se produce una pérdida de velocidad motora aumentando la fatiga muscular, los movimientos finos pierden precisión, se reduce el balanceo de brazos, aumenta la dificultad para los desplazamientos, se pierde flexibilidad motora, aumenta el temblor, aparecen dificultades para iniciar movimientos; aparecen movimientos involuntarios faciales (discinesias)
Drayer diferencia entre tener un envejecimiento usual o uno exitoso. En este último se conservan las capacidades y tiene un papel relevante el ejercicio y la estimulación intelectual y social.
Cerebro
En el cerebro se pierden neuronas progresivamente y se reduce el tamaño de éstas. Se producen cambios en el tamaño de los surcos corticales, se dilata el sistema ventricular y se reduce la anchura del cortex; perdiendo volumen y peso cerebral. Sufren cambios estructuras subcorticales como el hipocampo.
Sexualidad
A partir de los 50 la frecuencia de relaciones sexuales disminuye y muestran caracteristicas diferentes.
En la mujer aparece la menopausia (pérdida de capacidad de procreación sobre los 40 - 50 años). Hay una reducción de hormonas que influyen en el funcionamiento de otras partes del organismo.
La reducción de estrógenos produce reducción en la inervación del cuello uterino, del tamaño del útero, del endometrio, del diametro de la vagina reduciendose su lubricación. Se atrofia la vulva, aumenta el tamaño del clitoris; se producen cambios atróficos en la uretra, se reduce la flexibilidad y la forma de los senos. Todo esto produce una mayor lentitud en la erección clitorial, que no se separen ni eleven los labios mayores, una lenta lubricación vaginal, un menor número de contracciones vaginales en el orgasmo.
Para Master y Johnson (1987) la regularidad de las actividades sexuales durante toda la vida determina la relación sexual en la vejez, de forma que para prevenir esta respuesta sexual más reducida conviene una práctica continuada, incluyendo la masturbación.
En el hombre los cambios son más numerosos pero se producen de forma más gradual: El nivel de testosterona se reduce a partir de los 50 años igual que el tamaño y la flacidez de los testículos. Los espermatozoides disminuyen y aumentan las anomalías cromosómicas; aumenta la prostata y la eyaculación pierde fuerza, viscosidad y volumen.
En las relaciones sexuales disminuye la sensibilidad erótica, aumenta el tiempo necesario para alcanzar la erección, se reduce el ángulo de inclinación peneal, aumenta el período refractario y aparece este período si la erección cede durante la preparación.
- Se produce una pérdida progresiva de capacidades visuales.
- A partir de los 40 se pierde elasticidad en la córnea (presbicia).
- La pupila reduce su tamaño y entra menos luz en la retina.
- Las personas mayores necesitan más luz para percibir los objetos y presentan más dificultad para adaptarse a los cambios de luz, ocasionando mayor sensibilidad a los deslumbramientos.
- Se pierde capacidad para discriminar colores al amarillearse el cristalino, dificultando la percepción del azul, verde y violeta.
- El cristalino aumenta su tamaño y su grosor, produciendo opacidad y pérdida de elasticidad (cataratas)
Los defectos auditivos a partir de los 65 años son más comunes que los visuales y más frecuentes en hombres que en mujeres. Los más destacados son:
- Reducción del umbral auditivo
- Dificultad progresiva para discriminar frecuencias
- Mayor sensibilidad a la interferencia de ruidos
- Dificultades para localizar el sonido
El olfato y el gusto se deterioran, se alteran los umbrales perceptivos, se deteriora la capacidad de discriminar entre olores y sabores. Los más vulnerables entre los sabores son el dulce y el salado.
El tacto se reduce ligeramente en la palma de la mano, en los pies y en los dedos respecto a la presión. En el resto del cuerpo se mantiene la sensibilidad.
Psicomotricidad
Se produce una pérdida de velocidad motora aumentando la fatiga muscular, los movimientos finos pierden precisión, se reduce el balanceo de brazos, aumenta la dificultad para los desplazamientos, se pierde flexibilidad motora, aumenta el temblor, aparecen dificultades para iniciar movimientos; aparecen movimientos involuntarios faciales (discinesias)
Drayer diferencia entre tener un envejecimiento usual o uno exitoso. En este último se conservan las capacidades y tiene un papel relevante el ejercicio y la estimulación intelectual y social.
Cerebro
En el cerebro se pierden neuronas progresivamente y se reduce el tamaño de éstas. Se producen cambios en el tamaño de los surcos corticales, se dilata el sistema ventricular y se reduce la anchura del cortex; perdiendo volumen y peso cerebral. Sufren cambios estructuras subcorticales como el hipocampo.
Sexualidad
A partir de los 50 la frecuencia de relaciones sexuales disminuye y muestran caracteristicas diferentes.
En la mujer aparece la menopausia (pérdida de capacidad de procreación sobre los 40 - 50 años). Hay una reducción de hormonas que influyen en el funcionamiento de otras partes del organismo.
La reducción de estrógenos produce reducción en la inervación del cuello uterino, del tamaño del útero, del endometrio, del diametro de la vagina reduciendose su lubricación. Se atrofia la vulva, aumenta el tamaño del clitoris; se producen cambios atróficos en la uretra, se reduce la flexibilidad y la forma de los senos. Todo esto produce una mayor lentitud en la erección clitorial, que no se separen ni eleven los labios mayores, una lenta lubricación vaginal, un menor número de contracciones vaginales en el orgasmo.
Para Master y Johnson (1987) la regularidad de las actividades sexuales durante toda la vida determina la relación sexual en la vejez, de forma que para prevenir esta respuesta sexual más reducida conviene una práctica continuada, incluyendo la masturbación.
En el hombre los cambios son más numerosos pero se producen de forma más gradual: El nivel de testosterona se reduce a partir de los 50 años igual que el tamaño y la flacidez de los testículos. Los espermatozoides disminuyen y aumentan las anomalías cromosómicas; aumenta la prostata y la eyaculación pierde fuerza, viscosidad y volumen.
En las relaciones sexuales disminuye la sensibilidad erótica, aumenta el tiempo necesario para alcanzar la erección, se reduce el ángulo de inclinación peneal, aumenta el período refractario y aparece este período si la erección cede durante la preparación.
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