Es aceptado por la mayoría que no existe una única teoría general de la personalidad, sino un conjunto muy amplio de teorías que se centran cada una de ellas en un conjunto limitado de fenómenos y que tienen una capacidad predictiva restringida.
Este hecho se hace más patente en los últimos años cuando las teorías están evolucionando desde una pretendida explicación general de toda la conducta humana hacia planteamientos teóricos centrados en aspectos concretos de la conducta.
Una manera de sistematizar la cantidad de teorías que existen es agruparlas en modelos teóricos. Cada modelo agrupa teorías que comparten supuestos comunes.
Podemos tomar como criterio de clasificación válido el tipo de determinante de la conducta individual y obtendremos tres grandes modelos (Bermudez, 1996):
MODELO INTERNALISTA
Las teorías de rasgo o estructurales como la Teoría de Cattell, Eysenk o Allport. Consideran que los determinantes de la conducta son factores estables, generales, presentes en el individuo.
MODELO SITUACIONISTA
Los determinantes de la conducta se sitúan fuera del individuo. Están en las situaciones que afectan al individuo.
La conducta es inconsistente, cuando no lo es se explica por la similaridad intersituacional.
MODELO INTERACCIONISTA
El comportamiento humano se explica por características personales y por variables situacionales y por la interacción de ambas.
Pretende explicar la variabilidad de la conducta mediante la interacción de variables situacionales y de factores personales. El peso de unos u otros variará de unas conductas a otras.
Este hecho se hace más patente en los últimos años cuando las teorías están evolucionando desde una pretendida explicación general de toda la conducta humana hacia planteamientos teóricos centrados en aspectos concretos de la conducta.
Una manera de sistematizar la cantidad de teorías que existen es agruparlas en modelos teóricos. Cada modelo agrupa teorías que comparten supuestos comunes.
Podemos tomar como criterio de clasificación válido el tipo de determinante de la conducta individual y obtendremos tres grandes modelos (Bermudez, 1996):
MODELO INTERNALISTA
- La conducta individual es determinada por variables personales
- La conducta individual muestra consistencia transituacional y estabilidad temporal
- La metodología que se emplea puede ser clínica o correlacional
- Las medidas de las variables personales son un predictor válido de la conducta individual.
- Teorías de Estado
- Teorías de Rasgo
Las teorías de rasgo o estructurales como la Teoría de Cattell, Eysenk o Allport. Consideran que los determinantes de la conducta son factores estables, generales, presentes en el individuo.
MODELO SITUACIONISTA
- Énfasis en la conducta. La conducta es importante en sí independientemente de rasgos o estados. La personalidad y la conducta son similares. La personalidad es el conjunto de conductas que posee y presenta una persona.
- La conducta es aprendida. Mediante el aprendizaje se adquieren y se modifican las conductas; el único límite es la biología de cada individuo.
Los determinantes de la conducta se sitúan fuera del individuo. Están en las situaciones que afectan al individuo.
La conducta es inconsistente, cuando no lo es se explica por la similaridad intersituacional.
MODELO INTERACCIONISTA
El comportamiento humano se explica por características personales y por variables situacionales y por la interacción de ambas.
- El organismo es activo
- Las variables personales más relevantes son las cognitivas
- La situación y su influencia dependerá de la significación que el individuo le otorga.
Pretende explicar la variabilidad de la conducta mediante la interacción de variables situacionales y de factores personales. El peso de unos u otros variará de unas conductas a otras.
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